La atención mediática internacional está centrada en el conflicto entre Líbano e Israel; es fácilmente comprensible, el enquistamiento de esta confrontación está empeorando la situación y las posibilidades de alcanzar un aceurdo de paz son cada vez más lejanas; sin embargo es destacable también que haya desplazado otras cuestiones del panorama internacional ya que esto ha aliviado la presión sobre algunos países no del todo ajenos a la guerra entre Hezbolá e Israel. Me refiero, por ejemplo, a la supuesta implicación de Pakistán en el atentado de Bombay o a la renovada carrera nuclear de Irán que parecen haber perdido el interés de los medios de comunicación. ¿Y si la explicación no está tanto en el lado del desastre humano que está provocando esta guerra sino en las probables repercusiones que el conflicto palestino-israelí pueda tener sobre la economía mundial?. Mariana Martínez se refiere a este aspecto en Medio Oriente, economía y crisis: “Las tensiones en la frontera norte de Israel y Líbano han escalado y mientras los analistas políticos debaten sobre cuánto durará y qué desenlace tendrá este conflicto en el Medio Oriente, varias inquietudes en materia económica ya se hacen sentir entre los inversores”.