Timothy Samuel Shah y Monica Duffy Toft, Por qué Dios está ganando: “El actual surgimiento de la fe es menos un regreso a la ortodoxia religiosa que una explosión de neo-ortodoxias.
Un denominador común de estas neo-ortodoxias es el despliegue de organizaciones sofisticadas y con capacidad política. Estos organismos modernos coordinan de forma efectiva instituciones especializadas así como las últimas tecnologías para reclutar a nuevos miembros, fortalecer las conexiones con los antiguos, prestar servicios sociales e impulsar sus intereses en la esfera pública. [...]
En la actualidad, las neo-ortodoxias pueden emplear de forma efectiva las herramientas del mundo moderno, pero ¿hasta qué punto son compatibles con la democracia actual? Después de todo, los radicales religiosos pueden causar un cortocircuito rápidamente en el sistema democrático obteniendo el poder y excluyendo después a los no creyentes. También es peligroso que la religión politizada pueda provocar un conflicto civil. Desde 2000, el 43% de las guerras civiles han sido religiosas (sólo un cuarto fueron inspiradas por la religión entre los 40 y los 50). La ideología religiosa extremista es, por supuesto, una motivación de primer orden en la mayoría de los ataques terroristas transnacionales.”