Fernando Landro: “Ahora, en lo inmediato, queda por saber cómo esta ofensiva afectará los desarrollos políticos internos israelí y palestino. Posiblemente se produzca en tal sentido el peor de los escenarios: que ambos gobiernos, el israelí de Olmert y el palestino de Hamas, en lugar de salir debilitados, seguramente acabarán fortalecidos. Los primeros, por haber mostrado una respuesta rápida y punitiva por las atrevidas acciones de los militantes palestinos que han pasado el muro de separación por debajo, cavando un túnel y han asaltado con éxito a militares israelíes secuestrando a sus soldados. Los segundos redituarán con que el Gobierno palestino, para su población, será visto con buenos ojos por la firmeza ante Israel y una determinación militar bien definida, en contraste con las ambigüedades propias de la administración de la vieja guardia de Fatah. Cabe recordar que pocos días antes de que esta escalada tomara forma, Palestina vivía una creciente y violenta confrontación interna que por momentos rayaba en la guerra civil entre militantes de Hamas y Al Fatah que revelaba el grado de fragmentación interna de esta pequeña sociedad árabe.” La paz que no llega.