El pecado en días sin Dios
Vicente Verdú, El pecado en días sin Dios: “El accidente como accidente es ya inadmisible. El azar por el azar no interesa al sueño racional que requiere explicar las tragedias en términos de error humano y no de fatum , por medio de circunstancias combatibles y no por destinos ineluctables. De esta regla se deriva la imputación constante a uno u otro técnico, profesional médico, bebedor de cervezas, campista en el bosque, ama de casa que no separa los residuos, conductor con 200 o más caballos. La culpa opera como una emoción certera para perjudicar la felicidad y de cuyo fruto se desprende una lasitud que el poder consume como extraordinaria golosina. [...]
La culpa es altamente eficaz. En la búsqueda y el conocimiento de los culpables la investigación oficial cobra pleno sentido. De un lado, cumple con el deber protocolario del Estado policial, pero, de otro, extiende sobre la población la idea maldita de que cualquier mal procede de un malvado. No habrá un Absurdo, un punto ciego sin capacidad de investigación, sino que en cualquier tesitura será posible localizar al abyecto; la irresponsabilidad, la negligencia, el delito. Así actúa la actual Dirección General de Tráfico cuando afirma: «No podemos conducir por ti». La DGT lo avisa: la culpa del siniestro será siempre tuya. No cuenta el estado de las carreteras, cuyas deficiencias tienen directa correlación con los siniestros. El culpable está en ti.”
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2006-07-11 11:56
Absolutamente soberbio, pero ojo, Sr. Verdú, que esto es pensamiento lateral puro . . .
2006-07-11 21:30
¿Pero es posible que a estas alturas, alguien no político, no lo tenga claro?
Miren ustedes, esta tipología de Estado paternalista y farisaico si lo tiene claro.
Los mayores negocios del siglo XX y el XXI son aquellos que permiten a los Estados extraer el jugo a la inmensa mayoría de los ciudadanos, a partir de premisas arbitrarias de obligado cumplimiento legal.
Al sufrido, controlado, identificado, robotizado y empapelado ciudadano, siempre se le tiene apuntándole con la escopeta, está vendido el pobre.
El mayor negocio de todos los siglos son cosas tales como el impuesto de las gasolinas, nadie puede eludir su pago y hay que acatarlo como esclavos que somos.
Todos sabemos que hay conductores temerarios.
Todos sabemos igualmente que un porcentaje nada desdeñable de los accidentes son debidos exclusivamente al mal trazado, estado o deficiente conservación de los firmes.
A la mala solución de cruces.
A la mala señalización.
Al mal mantenimiento.
Etc etc.
¡Y que ¡
¡Como se van a oponer los ciudadanos a unas normas para evitar las muertes en carretera!
No, mire usted, nadie se opone a eso, es usted un manipulador criminal.
Me opongo al hiper negocio de las multas, montado por cuatro amiguetes y grupos de presión (autoescuelas y toda la industria auxiliar).
Oiga usted amigo, haga usted autovias con trazados y firmes en condiciones.
Optimice usted los cruces.
Haga usted unas señalizaciones correctas.
Y después, cuénteme que la culpa es mía simpático.
Si no hace usted eso, es usted un manipulador, cómplice de engaños a toda la ciudadania.
Y es más, amiguete simpáticón.
Si usted cree que se circula demasiado rápido, que esa es la causa mayoritaria de las muertes en carretera y dado que usted detenta el poder, obligue usted a los fabricantes de vehículos a instalar de fábrica, limitadores de velocidad.
Si usted no se atreve a hacerlo, es usted mas falso que Judas y me está manipulando.
Por tanto amigo mío, LA CULPA NO ES MIA, ES SUYA.
¿No será, que persiguen usted y sus socios, una fuente de financiación inagotable para dar suelta a sus cada vez mas caros oropeles y prebendas?
Pues yo creía que con el 3% que decia el Sr. Maragall, era suficiente.
Debe ser que el mercado de corruptelas y autobombo, ha subido en el parquet.
¡Perro mundo¡
¿Democracia?
Yo, es que………..me parto.