“La mujer desyerba los manojos y mete a puños los rábanos en los costales blancos que saca debajo de una piedra que les puso para que no se volaran; los desdobla, rellena y carga en la carretilla. Silencia el alboroto del agua. Levanta nuevamente las manijas de la carretilla,ahora más pesada. Empuja hasta la vereda y se dirige a su casa”.
La función del rábano, de Hermann Bellinghausen.