Cada año mueren en el mundo dos millones de niños y niñas como consecuencia de las diarreas y la deshidratación que provocan; resulta paradójico que con los avances científicos y médicos aún sea necesario escribir este encabezado. Ante esta situación pudiera parecer oportuno facilitar la labor de los laboratorios que investigan en el terreno e incluso apoyar sus “farmacultivos” en países más afectados. Sin embargo, lo que la realidad nos muestra es que la mayor parte de los ensayos se relizan para destinar el producto remedio no a resolver los síntomas directos que pretende tratar, sino hacia un mercado de consumo más lucrativo. Enildo Iglesias denuncia los experimentos realizados sobre 140 niños pobres del Perú afectados por diarrea y que fueron tratados con drogas provenientes de arroz transgénico manipulado con genes humanos. Con el patrocinio de Ventria Biosciences, empresa estadounidense especializada en “farmacultivos”, los resultados de este ensayo sobre cobayas humanas se dirigía al segmento del mercado de las bebidas deportivas (energéticas) y el de los suplementos alimentarios. Tiempos modernos.