Guadalupe Alonso y Mauricio Molina: “En La literatura y los dioses y en La locura que viene de las ninfas, usted ha planteado la idea de que existen potencias mentales que son capaces de poseernos o de poseer al artista bajo la forma del delirio erótico, la locura o la embriaguez. ¿De qué modo se manifiestan estas potencias?”
Roberto Calasso: “Lo primero que quiero decir es que esas potencias no atañen sólo al artista. Nos atañen a todos. Tienen que ver con la forma en que estamos hechos todos. En segundo lugar, la posesión es un fenómeno que, paradójicamente, en la época de los griegos, era considerado un hecho central de la vida, tanto por un autor como Platón como por una entidad de inmensa importancia política y religiosa como Delfos. Hoy es un fenómeno que suscita, en general, cierto temor y bochorno, y de inmediato se lo cataloga dentro de la patología. Es un cambio radical respecto de la época de la Grecia antigua que es, al menos para Europa, el fundamento de la civilización.” Locura, posesión y felicidad.