Entrevista a Onetti que Alberto Cousté realizó en 1967 y transcribió con excelente prosa: “Onetti habla pausadamente, nombra el Eclesiastés, esa gran fuente de todo desconsuelo, aclara que cualquier esfuerzo por convertir la vida en el lenguaje que la representa es inútil, que toda vida es inútil si se empeña en fijarse tareas, «porque no hay nada por hacer, y uno coincide por casualidad con el amor, la gloria o la alegría: el error viene después, cuando uno no acepta que esos momentos son irrecuperables, y se empeña en vivir como si los hubiese adquirido para siempre».
Un solo gesto, una mano retirada a destiempo, basta para condenar a un hombre a su memoria, a rayar por el resto del tiempo ese páramo estéril donde le parece que se ubica «toda la literatura de infancia», las cosas que se recuerdan tenazmente por la vana sospecha de que se pueda así recuperarlas.
«Me siento Larsen», dice de pronto entre dos largos silencios.
Larsen, alias Juntacadáveres, el más maltratado de sus personajes, ese gordo despojo que la crítica ha despreciado con perseverancia, atribuyéndole todas las lacras del universo. Se siente Larsen, claro, y no Díaz Grey o Brausen o Jorge Malabia, que han sido sus rostros también en otras horas de la vida: no ahora, por supuesto, cuando «la cara de la desgracia» se ha desplazado lentamente hasta coincidir milímetro a milímetro con la suya, y los 58 años que le doblan los hombros lo han convencido de que su agonía puede ser también una forma de la santidad.”
2006-07-01 10:07
Normalmente no me gustan las entrevistas en las que el formato clásico se deshace y el entrevistador rehace la conversación cortando las respuestas del entrevistado para insertarlas en medio de su enunciación. Me parece que es un modo de hacer protagonista al entrevistador, y de manipular la entrevista. Por eso prefiero el formato clásico en que podemos leer con claridad las preguntas y las respuestas en sucesión cronológica y más o menos expontánea. Sin embargo, el formato reelaborado cobra interés cuando el entrevistador es quién para lucirse; en este caso, creo que el texto resultante tiene entidad propia y que la prosa de Cousté, estando mucho más presente que las respuestas de Onetti, sirve para iluminar la persona del entrevistado.
Saludos.