En Aracataca el lugar donde nació García Márquez, sus habitantes acaban de rechazar en plebiscito el ponerle como nombre al pueblo Macondo. Laura Casielles escribe sobre la interacción entre ficción y realidad, en ese y en otros asuntos: “El alcalde de Aracataca podía haber impuesto el cambio de nombre por decreto, pero prefirió preguntar. Ya se sabe que, como dijo Borges, «en el nombre de rosa está la rosa», y no sería fácil hacer a la gente vivir en un lugar cuyo nombre ya no reconocen. Porque además, dicen, ni siquiera los que buscaran Macondo lo encontrarían del todo allí. Aunque, según dicen, cuando Gabo concluye en su libro diciendo “…y así era Macondo”, la descripción responde exacto a su pueblo de origen; los ciudadanos afirman que muchas cosas han cambiado desde entonces.
Tal vez si Macondo se hubiese finalmente pasado a los mapas, ni los Buendía lograrían ya reconocerlo, y también la ficción se habría visto modificada de pronto. Quién puede saberlo.” En Macondo comprendí….
2006-06-27 15:59
Sí, ¿quién puede saberlo? Y después de todo, cuanto mejor que la ficción lo siga siendo y la realidad también.
Un saludo
Hannah