Errol Flynn siempre me pareció un poco demasiado, pero he de reconocer que decenas de veces reproduje con la mayor fidelidad posible la batalla contra los indios y su heróica muerte en la piel del general Custer. Pues según Eduardo Chamorro valiente lo era un rato largo, pero también un presumido cursi y su falta de juicio y animadversión por sus jefes llevó a la muerte a toda su compañía: “Los indios a quienes combatía sabían mucho mejor que él de qué iba aquella historia. Sabían, por ejemplo, que aunque lo derrotaran, jamás saldrían ya con bien de una historia que siempre les sería adversa. Llevaban desde 1862 combatiendo el acoso del hombre blanco que excavaba minas, tendía líneas de ferrocarril y buscaba sin cesar nuevos pastos para su ganadería. En 1876, el avance de la columna del general George Crook sobre el poblado de Caballo Loco envalentonó a Custer lo suficiente como para desobedecer unas órdenes que limitaban sus actividades a la exploración y lanzar el Séptimo de Caballería sobre lo que le esperara a la orilla del río Little Big Horn. Suponía ir a la zaga de unas bandas que se retiraban, pero se encontró con 2.500 sioux y cheyennes reunidos bajo el mando de Caballo Loco y Toro Sentado.” El general Custer se busca la muerte.