Fernando Ónega se ríe de la iniciativa del BNG para que se escriban las esquelas en gallego, pues la inmensa mayoría se escriben en castellano. Yo también sonrío ante estas cosas, más que nada porque cada vez más los nacionalismos se distinguen por estas nimiedades. Pero la burla del articulista peca de desconocimiento de la situación: se pregunta retóricamente por qué no se escribirán en gallego, dando tácitamente la respuesta: porque no se habla gallego más que como una segunda lengua. Falso; la respuesta correcta es otra: la muerte es cosa seria y respetable, y para ese tipo de asuntos hay que utilizar el castellano, pues el gallego es un idioma de ignorantes y labriegos. Esto, claro, no se dice, quizás ni siquiera se piense: está en el subconsciente tras varios siglos de denigración de la lengua autóctona. Morir en el propio idioma
2006-06-23 01:29
Esa es la verdad desnuda, Marcos, que Ónega no alcanzó a reconocer.