Me gustaría que esta fuese la última vez que escribo sobre un tema del que he tratado de escribir lo menos posible. En el referendum casi todos han perdido. Una política leal y ciudadana debería traer consecuencias: Maragall tendría que dimitir de inmediato, sobre todo tras su llamada desesperada (y dudosamente legal electoralemente) al voto: fracasó con rotundidad; y todos los demás reconocer su derrota por el escaso interés que obtuvieron del electordo. Lejos de eso, todos parecen haber ganado el euromillón. Palabras finales del artículo de Juan Varela Estatutados: “Ni unos ni otros han ganado y sólo Esquerra ha admitido su derrota. Los políticos están encerrados en una polémica excesiva para los ciudadanos. Pero los catalanes y el resto hemos soportado una erosión cívica y política enorme en estos tres años transcurridos desde que el 12 de febrero de 2004 comenzara la reforma estatutaria en el Parlament.
Los políticos deben reflexionar y recordar a quien sirven. Tanto estatuto, en Cataluña y en el resto de autonomías enfervorecidas en carrera de poderes, hacen sospechar que trabajan más para ellos que para la sociedad.”