Bernardo Barranco: “Este Mundial no escapa en cuanto fenómeno colectivo a la articulación de emociones y rituales que trascienden a grupos y pueblos, provocando una vivencia colectiva y festiva, que mezcla la unidad y la diversidad en la simplicidad de las reglas de un sencillo juego. En ese sentido el futbol, en cuanto religión civil, laica o secular, crea una trascendencia terrena que legitima la vida de la colectividad, refuerza su identidad y sus raíces. Percibir al estadio de Nuremberg, donde México ganó a Irán, como una nueva y lejana meca no sorprende; sí, que atrajo a más de 30 mil mexicanos que viajaron, como en los antiguos peregrinajes, y a más de 60 millones de televidentes, incluyendo los 5.4 millones de hispanos en Estados Unidos, quienes rompieron récord de audiencia en la cadena Univisión. Recordemos que la perenigracion es un viaje y desplazamiento de las muchedumbres hacia lugares sagrados. En épocas remotas se iban a las montañas, riscos, cavernas, mientras que a partir de la antigüedad los lugares sagrados se desplazaron a los templos, a las tumbas de héroes o santos. Hoy los mundiales son los nuevos santuarios que atraen peregrinos de todo el mundo.” Las formas religiosas del futbol.