”[...] la ley parte de un conocimiento más profundo del corazón humano, porque sabe que existen muchos corazones, cada uno de ellos con sus misterios insondables y sus tinieblas apasionadas, y que precisamente por esto, solamente las normas precisas, que defienden a todos, permiten a cada individuo vivir su vida irrepetible, honrar a sus dioses y demonios, sin que se lo impida o lo oprima la violencia de otros individuos, como él, presa de inextricables complicaciones del corazón, pero más fuertes que él”. En
Razones de la ley, razones del corazón Claudio Magris hace una defensa a ultranza de la ley al respecto de el rumor popular a favor de la eutanasia. Y digo yo que la ley, para ser sabia y efectiva, tendrá que repasar cada cierto tiempo esos corazones por si tuviese que hacer pequeñas o grandes correcciones para adaptarse a ellos.