Robert Kagan, Si el poder estadounidense cambia de manos en 2008: “Si los demócratas ganaran en 2008, su forma de enfocar el mundo posterior al 11-S sería ligeramente distinta, pero no llamativamente distinta de la de Bush. Y tendrían que vender esa serie de políticas no tan llamativamente distintas a su electorado. En ese sentido, 2009 sería otro 1952. Cuando Dwight Eisenhower ganó las elecciones, el Partido Republicano llevaba alejado del poder dos décadas, que incluyeron Múnich, la Segunda Guerra Mundial y los primeros años de la Guerra Fría.
Muchos republicanos imaginaban que todo lo que había ido mal en el mundo durante aquellos veinte años era culpa de Franklin Roosevelt y los demócratas. Roosevelt nos «engañó» para que entráramos en guerra con Japón. Más tarde, cedió Europa del Este en Yalta, y luego Harry Truman adoptó la desastrosa estrategia de contención. Fueron los años en los que prosperaron Joe McCarthy, Robert Taft y los «realistas» contrarios a la contención, como Walter Lippmann. Pero cuando Ike y los republicanos por fin se hicieron con la gestión de la Guerra Fría, los años de recriminaciones contra la «contención cobarde» dieron paso a una aceptación generalizada, aunque a regañadientes.”