Digamos que el Debate sobre el estado de la nación es un resumen condensado de las polémicos políticas del último año; nadie espera novedades, ni rectificaciones, ni sorpresas: todos repiten una y otra vez lo que ya se les oyó en el pasado reciente. Como el Partido Popular hace tiempo que dejó cualquier atisbo de crítica constructiva en el cajón de los recuerdos, y no va a cambiar de la noche a la mañana, veamos cómo se portó el presidente, según Santiago González: “Por lo demás, Zapatero, a pesar de su juventud, se lució como un avezado usuario del método Ollendorf. Nunca le ganará nadie un debate, porque une el relativismo terminológico a una extraordinaria elasticidad temporal. Quien ha gobernado durante dos años sentado sobre el anexo del Pacto del Tinell que excluye al PP de todo acuerdo en «la Generalitat y en el Estado», invitó reiteradamente a Rajoy a llegar a acuerdos con el Gobierno. A las preguntas de Rajoy respondió exhumando la trilogía «paro, despilfarro, corrupción», que fue el armazón de la durísima oposición de Aznar a los últimos gobiernos de Felipe González. Todo valía: declaraciones de Fraga del año 79 sobre el Estatuto de Sau, las posiciones de Alianza Popular sobre el título VIII de la Constitución y reiteradas alusiones a las Azores que, al parecer, fueron la escala del PP para ir a Abu Grahib.” Debate pastoso.