Estuve el otro día en la muy impresionante manifestación del 25 de mayo, en Buenos Aires. Nunca había visto nada así.
Rubén Loza Aguerrebere: “Finalmente, el acto patriótico del 25 de Mayo, la fiesta mayor de los argentinos, se realizó en la Playa de Mayo. Contó con enorme promoción, impresionante cartelería distribuida por toda la ciudad, convocatoria a las figuras políticas del peronismo, masivo traslado de militantes desde distintos rincones del país. Y una multitud se dio cita esa esperada tarde. Se ha hablado de 340.000 personas. Al decir de una destacada figura de la política argentina, cada gobernador hizo cuanto pudo para “quedar bien” con el presidente Kirchner. No faltaron tampoco ni las abuelas y las madres de Mayo ni los sindicatos. Una concentración muy peronista, con el balcón (por ahora) vacío. Néstor Kirchner (quien llegó a la presidencia sin haber participado en la segunda vuelta, pues quien le había ganado en la primera ronda, Carlos Menem, no se presentó) lo hizo notar en su breve y repetitivo discurso de apenas quince minutos. Dijo que ese balcón de la Plaza de Mayo tenía dueños: Perón y Evita. Debía mencionarlo en el contexto del acto que vimos. Y si bien armó a un costado su escenario, recordó que, sin merecerlo, otros utilizaron el balcón frente a otras multitudes.”
En la Plaza, sin balcón.