Lluís Foix: “La autodeterminación de los pueblos y naciones de Europa llegó de la mano del presidente norteamericano Woodrow Wilson que proclamó este derecho que quedaba fijado en el Tratado de Versalles. Un tratado que finalmente no fue aprobado por el Congreso de Estados Unidos pero que dio paso a la creación de numerosos nuevos estados con la caída del imperio otomano y el austrohúngaro. De aquella descomposición de los imperios nacieron los estados de Checoslovaquia, Hungría, Bulgaria, Rumania, Polonia, la federación de repúblicas yugoslavas y las tres repúblicas bálticas de Letonia, Lituania y Estonia. Años más tarde una parte de Irlanda se desgajó también del Reino Unido de Gran Bretaña. La segunda Guerra Mundial volvió a alterar las fronteras con una Alemania dividida y con la mitad de Europa bajo la vigilancia y control político y militar de la unión soviética. Alemania se unificó y Checoslovaquia se dividió por mutuo acuerdo entre Chequia y Eslovaquia.” Montenegro y el vientre de Europa.