Desternillante el Obituario que Jaime Rubio escribe de sí mismo: “Rubio entendió que su personalidad y sensibilidad sólo serían comprendidas en países de mentalidad más avanzada que la española. En consecuencia, decidió mudarse a otra sociedad en la que se entendiera mejor su arte, ya fuera la canción, la comedia o, como había decidido por aquel entonces, la pintura.
Desgraciadamente, la exposición de sus cuadros de desnudos en Riad, Arabia Saudí, no fue tan bien recibida como esperaba. No se salvó de la quema ni el retrato de Mahoma, pintado para congraciarse con la población local
Dos años después, Rubio consiguió fugarse de la prisión saudí con ayuda de una cucharilla. Llegó a Kuwait justo cuando Iraq la invadió. Un error de cálculo le hizo ponerse del lado de los invasores, creyendo que la comunidad internacional no se opondría al moderno y occidentalizado régimen de Hussein.” Descanse en paz.