Alberto Garzón, El engaño de la Constitución: “De esta forma, también el BCE constituye una institución antidemocrática, donde sus gobernadores tienen plena autonomía, no son revocables y no tienen responsabilidades sobre las políticas sociales. Esto no es sino un aspecto más en un marco establecido mediante tratados y que buscaba consolidarse con la Constitución Europea.
En cuanto a política fiscal, no estamos mejor. El Pacto de Estabilidad y Crecimiento, firmado en 1996, consideraba que no se podía exceder de un déficit superior al 3%, estableciendo multas a los infractores. Tales limitaciones en política fiscal carecen de lógica en un marco de libertades, pero adquieren todo su sentido si estamos hablando de las reglas de juego neoliberales.
Se habla de los presupuestos comunitarios, argumentando que son realmente pequeñas aportaciones. Efectivamente, actualmente los estados se comprometen con un 1’27% del PIB, y la CE incluía una rebaja hasta el 1’00%. Estos datos reflejan la incapacidad de la UE para afrontar gastos sociales y situaciones de crisis, al no poder incurrir en déficit. Especialmente cuando el 66% de los presupuestos están destinados a políticas agrarias.”