Juan Francisco Martín Seco: “Siempre me ha asombrado la diferente percepción que la sociedad tiene de los asuntos según hagan referencia a la propiedad privada o a la pública. Cualquier ladrón o estafador sufre una clara reprobación social. Pero la cosa cambia cuando se trata de la Hacienda Pública. A los defraudadores se les trata con mucha más benevolencia; en ocasiones, incluso aparecen revestidos de un halo de heroísmo o al menos son tenidos por avispados y vivos. La lógica indica que debería ser al revés. Aunque fuese tan sólo por egoísmo, deberíamos reprobar mucho más a los que evaden impuestos —que en el fondo nos están robando a todos— que a los que cometen un delito contra la propiedad privada, que habitualmente no es la nuestra.” Pólvora del rey.
2006-05-18 14:25
Santísimas razones, las expuestas por Martín Seco. Pero una explicación adicional: cuando se admira a quien roba a Hacienda, es por ver a esa persona al lado de los grandes. Porque los grandes son quienes viven, y bien, de los fondos públicos …
El otro día un periodista de EL PAIS entrevistó al Ministro noruego de energía. Que le recibió en la puerta del Ministerio, y solo, y así subieron al despacho del Ministro. Imaginen tal cosa en Spain, y ni digo en cualquier autonomía de las nuestras, tan de pacotilla … De cincuenta ujieres en medio, no bajan.
Por cierto, comentó el Ministro, y me encaja, que nadie se ha hecho millonario en Noruega con el petróleo. Imaginen lo que hubiera pasado en Spain, reino de corrupción, un tercio al menos de su economía en dinero negro, la mayor parte de sus negocios en torno al gobierno y a la administración en todos sus muchos niveles. De temblar.