Ana M. Mainar, Bio-refinerías, apuesta de futuro: “una bio-refinería dedicada a la fabricación de biodiesel como producto principal de «bajo-valor» (por su elevado coste en comparación con el combustible de origen fósil) podría generar uno o varios productos de «alto-valor» y menor volumen a partir de la glicerina obtenida en la producción del biodiesel (caso del proceso Solvay para la obtención de epiclorhidrina, compuesto involucrado en la producción de resinas epoxi, el refuerzo de productos de papel y la purificación de aguas). De esta forma los productos de alto valor mejorarían la rentabilidad del proceso, se evitaría una saturación del mercado actual de la glicerina, el biocombustible contribuiría a disminuir la dependencia del petróleo y la producción de energía eléctrica y/o de hidrógeno minimizaría costes evitando el efecto invernadero. Obviamente, no deben descuidarse aspectos como la eutrofización o acidificación de suelos asociados a las zonas de cultivos intensivos, efectos que pueden paliarse con una gestión adecuada.”