Juan Gabriel Tokatlian: “Una serie de factores estructurales y coyunturales ha potenciado la desintegración en América del Sur. El despliegue que durante décadas hizo EE. UU. se materializa con fuerza demoledora y la globalización desigual ahonda las fracturas domésticas y entre las naciones. Sin embargo, ni el papel de Washington ni el devenir global explican suficientemente nuestra incapacidad de integración. Razones internas y regionales nos han ido conduciendo a esta situación. Ésta es una región que ha defendido retóricamente la soberanía nacional, y lo ha hecho a tal punto que terminó perdiéndola frente a actores estatales y no estatales dotados de recursos e influencia. A su vez, los países rehúsan amalgamar sus endebles soberanías con los vecinos más próximos y así incrementar en algo el escaso poder negociador de la región. Sabemos, por experiencia propia y ajena, que la integración progresa con liderazgos que sepan balancear imperativos internos y compromisos externos: las urgencias (y los dividendos esperables) de la política doméstica y electoral vienen consumiendo a los presidentes que han ubicado a la integración en un lugar políticamente secundario. Criticamos con severidad el unilateralismo de las superpotencias, pero venimos practicando uno similar a escala periférica; es decir, una conducta internacional basada sólo en ventajas propias con la esperanza de obtener una concesión magnánima del poderoso.” Sudamérica desintegrada.