J.F. Rodil Lombardía, La libertad amenazada: “El oportunismo de ciertos editores, que no dudan en instrumentalizar y prostituir la información en favor de intereses ajenos a la función esencial del medio, convirtiendo el periodismo en una especie de fanfarria que aleja al periodista de su obligación social de informar. La precariedad laboral en que, cada vez más, se desarrolla nuestra profesión, y obliga a los profesionales a elegir entre la supervivencia o la deontología profesional. La injerencia insufrible de los gobiernos y poderes políticos en los medios de comunicación públicos, y la tentación de los legisladores de redactar leyes restrictivas de la libertad. [...] La frivolidad y el espectáculo, esas dos plagas que asolan el periodismo que se hace hoy. La falta también de compromiso por parte nuestra, de los profesionales, incapaces muchas veces de unirnos en defensa de un ejercicio digno de la profesión y del derecho a informar y a expresarnos libremente, según los valores éticos que nuestra función exige.”