Hay días en que me llega algún mensaje al móvil que me cuesta descifrar y acabo llamando a la persona que lo escribió para saber qué es lo que dice. Se pueden imaginar el cachondeo, que si estoy fuera de onda, que si estoy carca, y es que en lo de las abreviaturas yo me quedé en la época de los apuntes de clase y honestamente, de aquel código ya casi ni me acuerdo. Josep Maria Espinàs también se sorprende de esta aficción actual de entorpecer la comunicación con el martilleo del lenguaje escrito, pero la misma le sirve para alentar el interés por la escritura del señor Clotet , un lector de 80 años que no tuvo oportunidad de estudiar y “en un año ha escrito unas mil páginas. ¿Mil páginas? Hay gente que no las ha escrito en toda su vida”. Sea Feliz, Féliz o Felís.