Marco Rascón: “A partir de que México fue atado al destino Manifiesto ha sido un país débil, pobre, envilecido. Del gobierno de Miguel Alemán en 1946 a la fecha y, en especial desde Carlos Salinas, nuestro país fue convertido por los gobernantes y la oligarquía en un gran basurero, en prostíbulo, paraíso fiscal, circo, en la gran maquiladora, consumidor de drogas, bodega de contrabando, con muchos pobres para que se luzcan los ricos piadosos con sus obras filantrópicas. La soberanía fue considerada un estorbo y hasta se prometió un aumento de deuda pública como muestra de buena voluntad de los fariseos locales hacia el gran imperio que nos domina. Reino donde florece la mediocridad, la ignorancia, las mezclas de ambición y miedo, olvido, falta de convicciones e individualismo; la doble moral, la inconsecuencia, la ira contra cualquier crítica, todo en un batido de justificaciones por “lo menos peor” para hundir el presente y anular la perspectiva.” México en el siglo XXI.