Carlos Colón: “Estoy de acuerdo en que se quiten los símbolos del franquismo de la ciudad. Que se derriben los juzgados del Prado y la calle Imagen. Que se tiren los grandes almacenes y se reconstruya el Hotel Madrid y el palacio Sánchez-Dalp. Que se derriben los edificios de la Campana que asesinaron el bello capricho modernista de Aníbal González, en el que estuvo el Gran Café de París, y la farmacia Central. Que se inmole el espantajo alzado sobre el solar del Teatro San Fernando y que se dinamiten los horrendos edificios neo-sevillanos y yeyé que ocuparon en la Avenida el lugar de nobles inmuebles regionalistas. Que se vuele de una punta a otra Los Remedios, tan mal y tan retorcidamente trazado como escaparate de las virtudes del bienestar franquista y trastienda de sus vicios especulativos. Que sea derribado ladrillo a ladrillo todo lo construido en la plaza de la Magdalena, incluyendo algún mamarracho “de autor” firmado por una de las lumbreras de la arquitectura progresista de Sevilla, los bloques de pisos que borraron la amable Plaza Nueva provinciana del XIX o la pesadilla neosevillana que ocupó el lugar de la Universidad Literaria.” Mala conciencia.