David Gelernter sostiene que si aún no hay computadoras pensantes es porque sus constructores han errado el punto de vista y, como siempre, se han olvidado de mirarse a sí mismos: “Por lo tanto, es una tontería creer que podemos simular el pensamiento con una computadora sin entender y simular primero todos los matices que lo componen. Por ejemplo, el sueño es simplemente alucinar mientras dormimos. Así, para explicarlo de otra manera, no se puede hacer una computadora pensante hasta que podamos fabricar una que alucine”.
Las computadoras pensantes también deben alucinar.