En este tiempo en que la realidad se construye a golpe de esloganes, quizás es la hora de preguntarse no tanto si realmente existe una Nueva Economía, sino cuáles serán las nuevas monedas de cambio: “El campo de los usos potenciales no da señales de agotarse. Solíamos vivir en una economía cuyo patrón de valor era un lingote de hierro, un barril de petróleo o un quintal de trigo. Hoy avanzamos hacia una economía cuyo patrón de valor es una secuencia de genes, una línea de código de computadora o un logo. Los bienes se valoran cada vez más no por sus propiedades físicas, sino por ideas ingrávidas. Nuestros conocimientos importan más que nuestra capacidad para levantar pesos”.
Nueva economía o moda pasajera, de Lawrence H. Summers y J. Bradford DeLong.