Dice el Gobierno que la intervención española en Irak costó 269 millones de euros. Alejandro V. García: “La traslación a millones es un ardid tosco, pero muy fácil de entender. La intervención de España en Iraq expresada en millones es más rotunda que cualquier alegato pacifista quizá porque aquí, en las entrañas del capitalismo, intuimos mejor las leyes del despilfarro que las más intrincadas del ultraje.
Ahora, a rastras con el botellón, muchos Ayuntamientos, con el propósito de resaltar su descrédito, calculan su equivalencia en miles de euros: lo que cuesta la limpieza, la preparación, el sueldo de los policías o de los retenes médicos. Como si lo demás fuera gratuito. La gente de bien se hace cruces cuando comprueba la simetría entre el volumen de su escándalo y las cifras. Otros municipios prefieren, en cambio, calcular el desorden en toneladas de basura, acaso porque con el cambio de la peseta al euro las cifras no alcancen la rotundidad necesaria. Esta estratagema suele ser igual de efectiva y, en el fondo, se podría aplicar a cualquier magnitud física o metafísica. Al fin y al cabo toda actividad, desde el amor a la guerra, produce desperdicios (de la saliva a las carcasas del mortero) y genera gastos.” Millones y basura.