Sobre los escritores que escriben en colaboración, César Aira: “Es que el dúo pone en primer plano el proceso del trabajo, la mecánica de la creación. Para eso se lo formó. El estudio de la escritura en colaboración, entonces, ofrece las ventajas de un laboratorio (el “colaboratorio”) donde se explicita lo que en la escritura en solitario queda oculto y muchas veces inconsciente. Los dúos de escritores incorporan al lector, pues la razón de ser de su conformación es la escritura y lectura mutua, y cierran el círculo de la producción literaria. Pero al mismo tiempo, paradójicamente, lo abren: los escritores se asocian siempre con vistas a un público, a las ventas, a la industria editorial. (Como no hay reglas fijas, aquí también hay excepciones: los experimentos surrealistas de “cadáver exquisito” y escritura automática). De ahí puede provenir, y justificarse hasta cierto punto, el desdén de la crítica por la escritura en colaboración: ésta nunca apunta a la creación de paradigmas nuevos de calidad, sino que se remite a los ya establecidos. Por eso practica mayoritariamente la literatura de género, o el humor, y cuanto más codificado está un género, más dúos se encontrarán en él, como es el caso de la novela policial.” Probemos con veneno.