En el cine los espías se cubren de glamour. En la vida real, de ignominia; por eso es mejor que sigan sin nombre. Hace un par de días mataron a un tipo que estuvo infiltrado en el IRA durante años. Lluis Foix: “Los agentes dobles corren riesgos de alto voltaje en los procesos de paz. Su trabajo no suele ser reconocido por quienes los metieron en las tinieblas de organizaciones que recurren al terror para hacer política. Y cuando llega la política, sobran. [...] No hay ningún misterio en quién asesinó al desventurado Denis Donaldson en su solitario refugio. El IRA ha liquidado a muchos agentes e informadores infiltrados en sus filas. Los que pueden huir a Europa continental o América Latina están bastante a salvo. Pero los que se quedan corren el riesgo de ser expulsados del mundo de los vivos.” Asesinato de un espía.