Apple acaba de lanzar una aplicación que permite arrancar el sistema operativo de Microsoft en un ordenador Mac. Enrique Dans explica la aparentemente absurda movida: “¿Cuánto cambia esta medida el panorama de la informática? Realmente bastante. El mundo de los ordenadores, del hardware, es un escenario duro, casi completamente comoditizado, en el que prácticamente ninguna marca es capaz de sostener activamente una diferenciación en precios. Frente a ese mundo, a ese hardware como «comercio de hierros», Apple se presenta como un «lujo», una «preciosidad» de diseño impecable y precios elevados, un verdadero «objeto de deseo» que provoca envidia entre quienes lo observan desde fuera. Es, entre otras cosas, la máquina más rápida que existe en la actualidad ¡¡hasta corriendo el sistema operativo de la competencia!! Simplemente, tecnología superior. [...] Apple es una marca que provoca fidelidad, fidelidad de la de verdad, usuarios que son, en su mayoría, auténticos «apóstoles» de la marca. Ahora, el suave y atractivo olor de la manzana se empieza a extender por todo el universo de posibles clientes, y la amenaza de la incompatibilidad ha desaparecido.” La atracción de la manzana.