Más sobre la nueva Ley sobre el funcionariado que se avecina; y es que José María Romera dice justo lo que pienso: “Ahora el ministro Sevilla anuncia una reforma con la que pretende meter en cintura a los menos laboriosos. Yo le invitaría a dejar en paz a los funcionarios rasos y a empezar por los altos y los intermedios. Esos que confunden las oficinas con paredes de trepar y se desenvuelven entre pasillos como sátrapas en sus dominios. Está bien incentivar al eficiente; tampoco me parece mal que los holgazanes puedan perder sus puestos, como ha amenazado el ministro. Pero su reforma incurriría en un error imperdonable si encomendara esas decisiones a los funcionarios superiores. Sería como oficializar el despotismo, la venganza y la caza y captura del disidente.” Funcionarios. Y es que, pensando en la Educación, ¿cuál es la labor desde hace décadas de la Inspección? ¿Cuando la han cumplido eficientemente?
2006-04-04 15:22
Ya está. El ministro Sevilla anuncia unas muy tímidas medidas de control de la labor funcionarial y unos cuantos funcionarios, a dárselas de sufridas vírgenes y qué injusticia oiga.
Por mi trabajo (asesor fiscal) me paso media vida trabajando con ellos y ciertamente es digno de ver que sus dos primeras horas son para lectura de la prensa (que reciben gratis en sus oficinas); acto seguido traman alguna cosilla y parten raudos hacia el café, rato el cual que, dentro de un orden, pueden prolongar cuanto deseen. Por ejemplo, ver escaparates, hacer alguna compra rápida de zapatos, agenciarse los puerros del día. Hacia las doce horas puede considerarse, si es que no se han extraviado, ya en lugar laboral. Donde inicia lo arduo del día, aguantar hasta las quince horas. En conjunto y salvo breves épocas, no puede considerarse que trabajen más de cuatro horas diarias.
Hay excepciones, claro, por ejemplo los médicos, pero se resarcen con más amplias vacaciones y muy bonitos sueldos, llenos de pluses. Otrosí, muchos jueces comienzan su vida laboral a las diez de la maána, pero como tantos, hacia las dos y media del mediodía ya no se les ve el pelo. En cuanto a los millones de administrativos, del estado y de las autonomías, qué decir. Y del profesorado, especialmente universitario, qué breves jornadas, más todavía, y qué amplias vacaciones, más todavía.
Del crónico quejarse por el presunto descenso del poder adquisitivo, se trata de un hecho milagroso, pues si bien las subidas son en torno al IPC, ocurre que gozan de trienios, quinquenios y jefaturas mil, todo ello más grato y creciente (por pura antiguedad, aunque eso signifique obsolescencia personal y profesional) que el IPC. De los millones de días de permiso, “asuntos varios” y grandiosos puentes, gozados según antiguedades, qué añadir. Y en este país no se le ocurra al ciudadano hacer el menor trámite burocrático por las tardes, que nadie. A las tardes los funcionarios gozan de un merecido descanso, dado el fragor laboral de sus mañanas. Y ganan en general más que los no-funcionarios.
Esto es, quienes menos trabajan más ganan. ¿Cómo va a funcionar un país así? Pues justo : no funciona.
(y a quienes, cínicos funcionarios, responden “pues, hazte funcionario”, les digo que no me pienso molestar y que lo que procede, es unos cuatrocientos mil despidos de parásitos sociales. Pero a qué nos vamos a engañar todos, si lo del ministro Sevilla es una tímida ideita, sobre algo obvio, obvio, que se quedará en nada, en nada… ).
2006-04-04 15:53
joseluis, si sólo has leído lo que yo extracté para esta anotación, quizás debieras leer todo el texto: todo lo que tu dices ya se dice allí. No se trata de rechazar reformas que obliguen al funcionariado a “trabajar”, sino de en qué van a consistir esas reformas, porque hacia donde apuntan huele mal y se correo el riesgo de convertir ese control en un nido de pillerías y venganzas.
E insisto: en la docencia siempre ha existido ese control “oficialmente” en la figura de los inspectores, y doy fé de que, salgo en vanganzas políticas y excepciones, jamás han servido para controlar los desmanes de los funcionarios docentes.
Saludos
2006-04-04 19:00
Buenas, Marcos. Pues no sé, no sé. En el fondo, yo no contradecía, sino modestamente, añadía. O si prefieres, daba por obvia y tímida la reformita anunciada por el ministro Sevilla.
Más : la originaria cita “el ministro Sevilla anuncia una reforma con la que pretende meter en cintura a los menos laboriosos. Yo le invitaría a dejar en paz a los funcionarios rasos y a empezar por los altos y los intermedios” no promete.
¿Porqué no promete? Que se va a incentivar a quien trabaja, me deja pasmado y del todo. ¿Incentivar a quien trabaja? Pensaba yo que a quien trabaja, que se le pague salario. A quien trabaja “especialmente” bien, pues vale, dese alguna ventajilla. Y a quienes trabajan media jornada, dese medio salario o mejor aún, dese puerta.
¿Por qué debo pensar que el control funcionarial ha de convertirse en un nido de pillerías y venganzas? Lo que hay es una inmensidad de funcionarios, y no precisamente maestros, profesores, asistentes sociales, etc., dedicados a servir al ciudadano, sino una inmensidad de burócratas cuyo tercio, humildemente opino, sobran. Así las cosas, ¿encima primar a los ¿burócratas? que trabajan especialmente bien? Vamos, vamos …
Pero decía yo algo importante, y es que no puede prosperar un país donde los vagos son quienes más ganan. Que ¿generalizo? Pues vale, pecado venial, generalizo, pero, ¿es verdad o no?
Pero supongamos que hay desacuerdo con lo que digo. Tampoco haré problema. Sólo que pregúntese a los “mileuristas” y a los de las ETT. Esos sí que trabajan.
2006-04-05 13:46
No, si estamos de acuerdo en lo que dices, es más, como diría el Dr. House tu discurso se embarcaría claramente en “un concurso de obviedades”, puesto que todo esto es de sobra sabido por los que tengan un mínimo de contacto con la Administración Pública…
Pero el tema que se te escapa es que como no se lleve a cabo ese control por una entidad o personal EXTERNO a la gente a controlar y con un mínimo de objetividad en los criterios a valorar, esto se convierte en un putiferio peor aún y las demandas por mobbing, amiguismo y tal pueden llover a miles… porque la supuesta “buena causa” se convertiría en un instrumento cojonudo de los altos-medios cargos para seguir “colocando” a los amiguetes y poder dar patada aún más rápido a los que no lo sean según sus personales criterios de quién rinde o no… y el tema funcionarial seguiría igual o peor que ahora a nivel de rendimiento…Un saludo
2006-04-05 13:59
Claro, y dependeríamos de las distintas tendencias políticas de turno: por ejemplo, atacar y presionar determinadas tendencias lingüísticas, o incluso como instrumento para frenar la libertad de cátedra.
Conozco varios casos como este: profesor que, amén de faltar sistemáticamente a clase, cuando va no hace literalemente nada, sino que charla con sus alumnos de la familia y el fútbol. ¿No hay actualmente mecanismos en la administración para echarlo o hacerle reaccionar? Más que suficientes.
Estamos en lo de siempre en este país: cuando no se consigue que una ley se cumpla se crea otra más dura antes que hacer cumplir la que sería efectiva si se llevase a cabo.
Saludos.
2006-04-05 19:40
Habiendo pues unanimidad al respecto, se levanta la sesión. Y en la pausa café, comentaremos off-the-record sobre las bondades del control EXTERNO (puesto en elegantes mayúsculas, cual quien cita al famoso Dr. House) controlador.
Especialmente, dado que alguien interno (a la administración) deberá contratar y pagar a tal EXTERNO. Poner el cascabel al gato, se decía, y que el gato sea EXTERNO (bis).
Saludos.
2006-04-06 06:42
Lo primero que debería establecer la Ley del Funcionariado en un Estado descentralizado como el nuestro es el principio de subsidiariedad, porque la administración más cercana suele ser igual o más eficiente y siempre es más económica. Nadie parece relacionar las reformas estatutarias con pasos en esa dirección: menos funcionarios porque se avencinan nuevos Estatutos descentralizadores y porque hay más poder local.
Por lo demás, estoy de acuerdo con el economista francés Jacques Marseille, que ve una “Clase” funcionarial “al abrigo” de los vaivenes de la globalización gracias a su puesto fijo y una creciente masa de asalariados “expuesta” a la precariedad creada por la globalización. En Francia los primeros votan P.Socialista, y los segundos Le Pen o se abstienen. En España los primeros votan el partido que les enchufó o mejor les aseguran los derechos consolidados y los segundos son tan gilipollas que votaron Sí a “esa” Europa en Referendum o se abstuvieron.
2006-04-06 15:07
“La próxima lucha de clases será contra el funcionariado”. Con la general rebaja de expectativas, ¿es eso?
2006-04-11 01:15
No tengo idea de que va esto