Elisa Boland escribe sobre los cuentos populares, la literatura infantil y Caperucita roja: “Las características folklóricas de los cuentos en general se vulneraron cuando fueron fijados por la escritura (Zipes). Y, al adaptarlos a las condiciones que requería la educación de los niños, el mito se irá modificando al ubicar el tema de la violación en la moraleja final, como núcleo del cuento. De esta manera, el temor a ser devorado de las versiones populares y la utilización simbólica tradicional de la figura del lobo como símbolo de la muerte se sustituyen por el temor a la pérdida de la honra. «Se construye así un cuento sobre la seducción y la responsabilidad moral y control de la sexualidad»” Algunas palabras bastan: niña, abuela, bosque, flores, lobo y… ¡Caperucita por siempre!.