Estaba mirando la lista de cosas que tengo que hacer hoy y pensé: para comer me pido una pizza y así aprovecho el tiempo. Luego vi el artículo de Sonia Shah: “En los países occidentales la transición de una penosa desnutrición a la actual cornucopia de comida basura ocurrió durante siglos, con el resultado feliz de que nuestras sociedades pudieron controlar enfermedades infecciosas propagadas por el hambre y la pobreza antes de enfrentar las enfermedades causadas por dietas ricas en calorías, incluyendo la diabetes, la obesidad y las enfermedades cardiovasculares. Como sabe cualquiera que ha visto los KFC y los Pizza Hut surgiendo como hongos en las callejuelas de Mumbai y de Ciudad del Cabo, ese lapso no tuvo lugar en los países en desarrollo. Lo que los expertos llaman la “transición nutricional” ocurre dentro de una sola generación.
Según una investigación reciente, madres desnutridas tienden a criar bebés predispuestos a almacenar el exceso de energía como grasa. Es una útil ventaja adaptable en comunidades en las que las calorías son a menudo escasas, que posibilita que los bebés sobrevivan déficits nutricionales. Pero cuando esos bebés crecen para consumir dietas de estilo occidental repletas de alimentos grasos, azucarados, ese beneficio se convierte en una maldición letal, llevándolos a acumular grasa adicional que causa enfermedades con más rapidez que normalmente.
Y así, pisándole los talones a las compañías multinacionales de bebidas gaseosas y de comida basura ha venido una epidemia de enfermedades crónicas.” La diabetes es más que un problema usamericano.