Los periodistas de carrera se sienten atacados ante el llamado periodismo ciudadano o nuevo periodismo que surge en las redes como un medio alternativo a los oficiales y tradicionales; no sé si tienen o no razón, pero, por un lado, es desde hace bien poco que esa profesión se aprende en una universidad, y por otro, son las circunstancias actuales las que hacen que el periodista esté limitado y censurado en el ejercicio de su profesión, y cobre así valor la alternativa del Periodismo 3.0. Eduardo Pedreño: “Los periodistas jurásicos apelan a los conceptos del periodismo tradicional: ¿Credibilidad? ¿Credenciales? ¿Calidad? Puede, pero sobre todo influencia, poder, y un aire de élite o aristocracia que no deja de ser el carnet de periodista de toda la vida, el periodista de raza y conceptos tan discutibles como el del pedigree profesional. Porque el blogger también puede tener credibilidad, puede ganarse las credenciales o puede alcanzar una calidad envidiable. Y en cuanto a la influencia, se gana o se pierde con enorme facilidad y es un reto permanente del blogger periodista granjearse la confianza (porque es sobre todo eso) de su público, frente al poder del medio de masas que aspira a controlar nuestro nivel de atención en un mundo (el suyo) de fuentes limitadas. En Internet las fuentes son ya ilimitadas.” Nuevo periodismo, viejos argumentos