Ayer leía en un periódico local que la policía encontró a media noche a un niño de 10 años en un botellón, y que lo llevó a comisaría y llamó a los padres para que fuesen a recogerlo: los padres van a denunciar a la policía porque su hijo no estaba haciendo nada malo. Es la metáfora perfecta de los tiempos que vivimos. Explica también a la perfección lo que sucede en los colegios e institutos y en cualquier otro ámbito en el que se enfrente a un niño con cualquier tipo de autoridad. Joan Barril: “Vivimos en un despiste creciente. Si no sabemos qué hacer con nosotros mismos. Si dudamos entre el pragmatismo del sí al Estatut o el no esencialista. Si dejamos que nuestros hijos se coman el mundo pero no nos gusta el botellón. Si la mujer se ha incorporado a un trabajo precario por la dignidad de trabajar pero un día advierte que más de la mitad de su sueldo se lo gasta en otra mujer que trabaja en su propia casa. Si el deseo está en los contactos de internet mientras la esposa duerme. Si la emoción es el ramo de flores de un desconocido, tal vez somos nosotros y no nuestros hijos los que necesitamos urgentemente una niñera.” Se busca niñera.