Ahora nos quejamos porque los chinos copian nuestra tecnología y producen más barato que nosotros. Lo natural es que en unos años empiecen a innovar. Si no tenemos una cultura de la innovación bien implantada, no tendremos nada que hacer. David de Ugarte: “Es difícil ya hoy, imaginar el shock que producía, en fecha tan reciente como 2004, explicar el argumento de BCN No Future de nuestro compañero en Ciberpunk Javier Lorente. En esta novelita para móviles una parte sustancial se desarrollaba en Chongqin, una ciudad autónoma de China central cuya población actual se calcula equivalente a la de toda España. Y esto era lo mismo que decir, cuando el discurso oficial y generalizado nos postulaba como potencia mundial, que en el nuevo mundo no sólo estábamos en una posición geográfica excéntrica, sino que nuestro peso demográfico era mínimo y nuestras pretensiones identitarias, ridículas. Definitivamente BCN era un símbolo, la capital de ese trasunto de modernidad copiada en las provincias remotas del Imperio (de NY a Milán, de Milán a BCN en tan sólo dos años, y de ahí a Madrid) que llega sistemáticamente con tanto retraso como potentes son sus ínfulas. Un símbolo del No Future que le espera a una Europa atada todavía a una identidad decimonónica y a una representación del mundo en escalas variables. Una Europa parque temático alejada conceptual y geográficamente del bullente Oceano Pacífico.” Chongqing.