Existen, todavía, grandes prejuicios en el mundo científico sobre las mujeres y su capacidad para actuar en ese campo. Se explica que los cerebros de los hombres y de las mujeres son distintos, lo que a mí me parece una razón de más para incluir a las mujeres en los equipos de investigación, y no al revés. Javier Flores: “La presencia femenina ha hecho surgir una nueva epistemología, la que, además de poner en duda la neutralidad y objetividad científicas, propone nuevos caminos para entender las formas en las que se crea el conocimiento. Mujeres realmente brillantes como Sandra Harding, Helen Longino, Nancy Tuana y Donna Haraway, entre otras, han incorporado elementos novedosos de discusión en la filosofía de la ciencia. Entonces, ante la pregunta de si la incorporación de las mujeres a la ciencia (que se encuentra todavía en un nivel incipiente) ha traído consigo cambios en la actividad científica, la respuesta es afirmativa. Simplemente porque ha introducido elementos que antes no estaban presentes, como la demostración de la permeabilidad de la ciencia ante los estereotipos sociales sobre lo femenino; el surgimiento de nuevas preguntas y enfoques en algunos campos, y la aparición de nuevas propuestas para entender cómo se crea el conocimiento. Nada más… pero nada menos.” Mujeres y ciencia.