Los ingenieros mexicanos se han juntado para imaginar y proyectar el futuro de su país. Tienen proyectos inmediatos y de futuro. Lo interesante es que las necesidades de la gente, que los políticos eluden discutir con seriedad (como en todas partes), son el primer proyecto. Rolando Cordera Campos: “No hay ya manera de que los responsables de la conducción económica nacional escurran el bulto: el país vive horas de angustia por la falta de empleos, inversión y expectativas, y el crecimiento económico general se ha vuelto impresentable. No hay congruencia alguna entre la estabilidad financiera alcanzada y los montos billonarios (en dólares estadunidenses) acumulados en la reserva internacional, y la mediocridad del desempeño económico real. Y echarle la culpa al “monopolio” por la falta de competitividad de México aparte de tautológico es equivalente a explicar la falta de inversión privada hoy por el espectro del populismo de mañana. Regodeo con el estancamiento estabilizador y culto ciego a la distribución inicua de la riqueza y el ingreso: así no se va a ninguna parte.” Los ingenieros y la historia.