Claudio Magris: “Es sobre todo en Alemania donde se ha verificado, especialmente en el Romanticismo, una singular alianza, casi una simbiosis entre poesía y derecho —entendido como derecho consuetudinario y no como «lex positiva»—. Los hermanos Grimm, grandes filólogos y literatos, eran juristas. Recogiendo sus célebres fábulas pretendían salvar el gran patrimonio del «buen y viejo derecho», es decir, de las costumbres, tradiciones, usos locales del pueblo alemán en su coralidad; patrimonio que, a través de los siglos, había sido conservado por la literatura popular. En la misma época estalla en Alemania una interesantísima polémica jurídica entre Thibaut, que propugna para Alemania, sobre el modelo napoleónico, un código civil unitario y unificador, apto para hacer a todos los ciudadanos iguales ante la ley y para barrer los privilegios feudales, y Savigny, que quiere, en cambio, defender la variedad, las diversidades locales, las diferencias y desigualdades del antiguo derecho común consuetudinario, expresión del Sacro Imperio Romano, porque ve en el código único un instrumento de nivelación autoritaria.” Los poetas y los legisladores.
2006-03-15 03:51
“La ley es trágica porque pone en marcha mecanismos que pueden ser necesarios para representar un correctivo al mal, pero que son siempre un mal menor y nunca un bien. Entre el bien y el derecho se abre a menudo un ataúd”
Que se lo digan a Slodovan Milosevic, que en CINCO años de procesos “de derecho” contra el mal causado, le han ido construyendo el ataúd.
“han actuado —dicen— queriendo el bien, pero no el derecho”. Pero lo mismo se le puede aplicar a Bush en Irak…