Fran Sevilla, Dios y las guerras: “Frente a ese recurso a no querer ver o enjuiciar lo que ocurre en el día a día, frente a esa apelación a un ser o a una razón superior, las democracias reales se identifican por la imperiosa necesidad de asumir lo que está mal y darle solución. Cuando se cometen errores en democracia lo que solía ocurrir era que los dirigentes políticos asumían esa responsabilidad y hacían frente a sus consecuencias. Por eso sorprende que Tony Blair, jefe de gobierno del Gran Bretaña, el país con más larga tradición democrática, apele a Dios para que juzgue, en su día, si estuvo bien la invasión de Irak. [...] Los terroristas que pusieron sus mortíferas bombas en los trenes de Madrid o los que atentaron en Londres el 7-J también apelan a Dios, a su Dios, y están convencidos de que El los juzgará. No hay asomo de arrepentimiento. El argumento de Blair cobra así trágico y peligroso sentido: desciende al terreno que quieren los terroristas.”
2006-03-09 21:33
Digamos que la prosa de este hombre no es la séptima maravilla, pero en el contenido tiene más razón que un santo.