Cuando todos teníamos que estar centrados en criticar y vigilar al Gobierno, el Partido Popular consigue lo imposible: que tengamos que hacerlo con la Oposición. Pero es que no queda otro remedio cuando el segundo partido más votado en las últimas elecciones ha dejado a un lado el más mínimo decoro democrático y se ha lanzado al abismo de la destrucción. Usan varias tácticas, pero la que me tiene más asombrado es la de la mentira insistente: abierta y descaradamente se lanza al aire una mentira, aún con testigos o evidencias en contra grandes como edificios: queda dicho: no sólo es que saben bien que hoy en día cualquier cosa que digan los Medios es palabra santa, sino que juegan también a que a quién grita más algo se le oye mejor. Y más: piensan, quizás tengan razón, que el ciudadano medio no contrasta, no indaga, no compara. Cuando a Fraga, que ve en Tejero & Cía a ciudadanos de buena voluntad, se le considera uno de los más moderados del Partido, queda casi todo dicho.

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