“Sólo obligándole a firmar esta paz que tanto teme y de la que se escurre podrían ustedes transformar a Arafat en un jefe de Estado como los demás, obligado a dedicarse a cuestiones de intendencia urgentes y triviales, tras haber perdido a los ojos del mundo ese status de excepción, esa aura, esa soberanía del sufrimiento y de la desgracia que desde hace tantos años le autoriza a mentir a su pueblo y a engañarle descaradamente.” El filósofo Bernard Henri Lévy en un discurso en Tel Aviv:
La paz seca.