Este de Horacio Eichelbaum es el primer artículo que leo que pone en tela de juicio la condena en Austria a un historiador por negar el Holocausto. Don Quijote entre rejas: “¿cómo la negación misma del holocausto puede constituir un delito? No se trata ya siquiera de la irreductible oposición a la existencia de cualquier «delito de opinión», sino de que el argumento de quienes quieren castigar, por ejemplo, la apología del terrorismo, sólo cobra vigor si se lo remite a la existencia de terroristas concretos, que puedan —este es el hilo del argumento— sentirse incitados a matar por aquellos juicios apologéticos. Ni siquiera esa interpretación, que desgraciadamente abrió el grifo (y ahora lo vamos viendo) para convertir las opiniones en delitos, puede aplicarse a una valoración histórica o a un juicio personal sobre una «verdad» científica.”