Isidoro Reguera: “El título de la edición francesa y castellana complica las cosas, pero ofrece el (sin)sentido profundo que recorre el libro: cada vez única (la muerte significa), el fin del mundo. O cada vez único, el fin del mundo (es la muerte). Ambas cosas dicen lo mismo, sobre todo al modo filosófico francés de pensamiento, en el que Derrida sigue discurriendo: el fin del mundo (que significa o es la muerte) es el fin del único mundo que existe cada vez, singular, irreversible; es decir, el final (repetido) de todo mundo posible, del mundo mismo como tal. ‘La muerte proclama cada vez el final del mundo en su totalidad, y cada vez el final del mundo como totalidad única, por lo tanto irreemplazable y por lo tanto infinita. Como si la repetición del final de un todo infinito siguiera siendo todavía posible’... Esto es lo que quiere decir mundo para Derrida: un imposible significado total, infinito, único, irreversible e irreemplazable, cada vez que perece, que sólo resulta posible por la muerte, imposible, a su vez, como repetición única, cada vez, de un final de mundo así.”
La obra del duelo de Derrida.