No sé bien hasta qué punto ha penetrado en la cultura general la cultura de la informática clandestina o revolucionaria. Hay algunas películas, unos cuantos libros, un juicio reciente con una condena a pagar casi dos millones de euros por daños. Supongo que, a medida en que la sociedad se convierta en una verdadera sociedad de la información, esta subcultura se acabará convirtiendo en dominante, si no lo es ya. Cuauhtémoc Valdiosera: “El caso del ciberpunk es particular, pues, al igual que la hiperciencia que le da nombre, se trata de una literatura híbrida, como sucedió al nuevo periodismo de la década de los años sesentas, mitad crónica, mitad ficción. La novela que inauguró este genero es la ya clásica Neuromancer, escrita en 1984 por William Gibson, donde se combinan elementos heredados de la novela gótica, una parodia de la primera ciencia ficción y la cultura alternativa de los años setentas, sobre todo en los países más desarrollados. En la trama, Case, un vaquero hundido en innumerables adicciones, ve la oportunidad de redimir su vida rompiendo códigos secretos de redes computacionales y robando datos, o sea crackeando.” Hackers y crackers.