La dinámica es asquerosa: todo aquel que no piense como ellos en materia de terrorismo, es que es un terrorista; lo han dicho varias veces de miembros del Gobierno. No entienden —o más bien no quieren entender— que pueden, equivocándose o no, afrontar el problema desde otros puntos de vista y buscar otras soluciones. Fernando Jáuregui: ” Aunque ahora el tema está ya sentenciado por el juez, y esta sentencia ha de acatarse, sigo pensando, con todo respeto a la decisión de Grande-Marlaska, lo mismo que antes: si de veras quisiéramos lograrlo, y hablo obviamente no como jurista, sino como aquel que ha consultado ya muchas fuentes y vivido el fin de muchas afirmaciones rotundas y profecías tajantes, hallaríamos razones legales para no impedir la celebración de un congreso planteado, es cierto, formalmente como un desafío, pero que podría aportar, quizá, algún paso favorable para los intereses de la enorme mayoría: queremos paz, que acaben el matonismo, las amenazas, los chantajes, los silencios, el miedo.” Lo confieso: estoy preocupado.