Conozco a un tipo que dice que en lugar de donar su cuerpo a la ciencia, prefiere hacerlo a la historia de la ciencia. De manera similar, más que las matemáticas (que me gustan mucho) me interesa la historia de las matemáticas. Adrián Paenza escribe sobre una demostración queaún queda por hacer, la de La Conjetura de Goldbach: “El 7 de junio de 1742 (piensen entonces que ya pasaron casi 264 años), Christian Goldbach le escribió una carta a Leonhard Euler (uno de los más grandes matemáticos de todos los tiempos), sugiriéndole que pensara una demostración para la siguiente afirmación porque a él no se le ocurría: Todo número par positivo, mayor que dos, se puede escribir como la suma de dos números primos. ¿Qué es un número primo? Es aquel que sólo es divisible por sí mismo y por uno. Por ejemplo, 2, 3, 5, 7 y 11 son números primos. Pero 6 y 15 no lo son. Seis no es primo porque es divisible por 2 y por 3, mientras que 15 no lo es porque es divisible por 3 y por 5 (además de 1 y 15). Ah, además, el número uno no se considera primo.”